LA CAMPAÑA POLÍTICA Y SUS TEMAS
La campaña para las elecciones de noviembre de este año, nos permite reflexionar acerca de la dinámica que se establece para manejar, presentar y publicitar las propuestas de los candidatos a ocupar cargos de representación pública. No hay duda que el impacto de las tecnologías de información y comunicación (TIC) sobre el campo de lo político viene incrementándose. Obviamente hay que diferenciar entre quién hace política y el que “vive” de la política. El primero, asume la política como parte de la condición ciudadana y entiende que la política es parte de la definición y goce del espacio público. En cambio, el que “vive” de la política, la utiliza como una forma de vida y por ello lo transforma en un lev motiv de su desenvolvimiento público.
Quién vive de la política, emplea el marketing político, asumido como una forma de vender o publicitar a un candidato, de manera tal que se establece una similitud con un producto que se comercializa. Se trata de “maquillar” al candidato, hacerlo lucir jovial y cercano, para sustituir u ocultar la debilidad ideológica o programática. Al hacerlo se reduce la campaña electoral no a la escogencia de la mejor propuesta, sino a una especie de concurso de belleza, en donde se vota a quién luce mejor en traje de baño o vestido de gala. Un ejemplo de ello lo estamos viviendo en el Zulia.
Lamentablemente asistimos a lo que puede ser la peor campaña política de la historia reciente. Una campaña signada hasta ahora por lo fútil, lo escaso de las propuestas y por enormes manifestaciones de gasto publicitario y casi ninguna propuesta. Resulta para mí – y creo para quienes nos leen- lamentable ver como la campaña electoral ha estado sometida a frases destempladas y sin sentido, tales como “… este es el gallo de Rosales” o “Di Mentira nos engaña”. Ambas expresiones dan una muestra terrible de la pobreza en la discusión política. De la carencia de una agenda pública que asuma como puntos de discusión aspectos esenciales para la región.
Asistimos a un momento, donde oposición y gobierno hacen uso indiscriminado de los espacios públicos para publicitar a sus respectivos candidatos. En este sentido, debemos responsabilizar al CNE que no ha dejado claramente establecido una norma de regulación para la campaña de gobierno. Hemos sido testigos de cómo el gobierno de Manuel Rosales ha empleado cadenas de radio y televisión para atacar al candidato Di Martino, abusando de esa forma del espacio y la paciencia de los ciudadanos. Habría que preguntarse ¿ qué diferencia hay entre lo hecho por Rosales y las cadenas de Chávez?. ¿Dónde quedó el discurso del gobernador condenando el uso indiscriminado de la publicidad gubernamental para auspiciar candidatos? ¿Acaso los maracaiberos estábamos acostumbrados a ver a Pablo Pérez en primeros planos de la propaganda regional? ¿Porqué tanto Pérez como Di Martino insisten en reducir la campaña electoral al desprestigio del otro?. No se trata de ocultar que las estrategias de deslegitimación son parte esencial de una campaña electoral, pero sí se trata de hacer un llamado de conciencia acerca de los temas que pueden ser prioritarios para los que vivimos en la Región Histórica Marabina.
Reiteramos nuestra invitación para adelantar un debate político pleno de ideas y reduciendo al mínimo la descalificación. Invitamos a que nos propongan soluciones acerca de la inseguridad, que no se escuden en la diatriba política para evadir sus responsabilidades en los altos índices de criminalidad. Ni el gobierno regional ni el gobierno municipal pueden escapar de su co- responsabilidad en este tema. Se trata de entender que la campaña publicitaria debe ir más allá de presentar al candidato del gobierno vestido de rojo o hacer que el candidato de la oposición se vista de pueblo y luzca sonriente, besando a niñas o ancianas en los barrios de la región.
Hasta ahora de lo que hemos sido testigos es de una deplorable actitud por parte de los candidatos a gobernador, que al desplazado el debate cívico por los ataques y descalificaciones. Me preguntó : ¿ es qué acaso son capaces sólo de eso?. ¿ No tienen nada que proponer y decir?. Mucha más altura ha tenido la campaña política por la municipalidad de Maracaibo. Por un lado Rosales ha anunciado su intención de retomar sus planes pilotos, desarrollados durante su gestión de Alcalde; por la otra Henry Ramírez ha sorprendido con una propuesta de transporte público pensada a partir de las experiencias de Bogotá y Curitiba, aunado a el tratamiento del problema agua. Las descalificaciones entre uno y otro han sido menos, más bien hemos asistido a un debate de propuestas que hace interesante la campaña.
De nuevo pregunto: ¿Es que acaso el candidato del gobierno no puede ampliar y desarrollar las líneas maestras del Plan Simón Bolívar 2007-2013 en la región? ¿ Es que el candidato a la gobernación por la oposición, no puede darnos una alternativa de gobierno no manipulable que vaya más allá del lugar común de defensa de la zulianidad?. Será que piensan que los ciudadanos del Zulia somos – emulando la frase del maestro prieto- Eunucos Políticos. Tienen la oportunidad de demostrarnos lo contrario. ¡ Por favor háganlo, pero pronto ¡. La invitación es a construir una agenda pública que asuma los grandes temas de reflexión: 1) Zulianidad o Marabinidad, asumida como un debate acerca de la identidad histórica, 2) Seguridad y empleo, 3) política de fronteras, 4) desarrollo productivo de la región dentro del proyecto de nación y 5) perspectivas del Zulia en la 1era mitad del siglo XX. Sí es posible una campaña de debate crítico, todos podemos contribuir a ello. Reclamemos respeto para los ciudadanos.
Dr. Juan Eduardo Romero
La Universidad del Zulia
Historiador
Juane1208@gmail.com
01/09/2008.
La campaña para las elecciones de noviembre de este año, nos permite reflexionar acerca de la dinámica que se establece para manejar, presentar y publicitar las propuestas de los candidatos a ocupar cargos de representación pública. No hay duda que el impacto de las tecnologías de información y comunicación (TIC) sobre el campo de lo político viene incrementándose. Obviamente hay que diferenciar entre quién hace política y el que “vive” de la política. El primero, asume la política como parte de la condición ciudadana y entiende que la política es parte de la definición y goce del espacio público. En cambio, el que “vive” de la política, la utiliza como una forma de vida y por ello lo transforma en un lev motiv de su desenvolvimiento público.
Quién vive de la política, emplea el marketing político, asumido como una forma de vender o publicitar a un candidato, de manera tal que se establece una similitud con un producto que se comercializa. Se trata de “maquillar” al candidato, hacerlo lucir jovial y cercano, para sustituir u ocultar la debilidad ideológica o programática. Al hacerlo se reduce la campaña electoral no a la escogencia de la mejor propuesta, sino a una especie de concurso de belleza, en donde se vota a quién luce mejor en traje de baño o vestido de gala. Un ejemplo de ello lo estamos viviendo en el Zulia.
Lamentablemente asistimos a lo que puede ser la peor campaña política de la historia reciente. Una campaña signada hasta ahora por lo fútil, lo escaso de las propuestas y por enormes manifestaciones de gasto publicitario y casi ninguna propuesta. Resulta para mí – y creo para quienes nos leen- lamentable ver como la campaña electoral ha estado sometida a frases destempladas y sin sentido, tales como “… este es el gallo de Rosales” o “Di Mentira nos engaña”. Ambas expresiones dan una muestra terrible de la pobreza en la discusión política. De la carencia de una agenda pública que asuma como puntos de discusión aspectos esenciales para la región.
Asistimos a un momento, donde oposición y gobierno hacen uso indiscriminado de los espacios públicos para publicitar a sus respectivos candidatos. En este sentido, debemos responsabilizar al CNE que no ha dejado claramente establecido una norma de regulación para la campaña de gobierno. Hemos sido testigos de cómo el gobierno de Manuel Rosales ha empleado cadenas de radio y televisión para atacar al candidato Di Martino, abusando de esa forma del espacio y la paciencia de los ciudadanos. Habría que preguntarse ¿ qué diferencia hay entre lo hecho por Rosales y las cadenas de Chávez?. ¿Dónde quedó el discurso del gobernador condenando el uso indiscriminado de la publicidad gubernamental para auspiciar candidatos? ¿Acaso los maracaiberos estábamos acostumbrados a ver a Pablo Pérez en primeros planos de la propaganda regional? ¿Porqué tanto Pérez como Di Martino insisten en reducir la campaña electoral al desprestigio del otro?. No se trata de ocultar que las estrategias de deslegitimación son parte esencial de una campaña electoral, pero sí se trata de hacer un llamado de conciencia acerca de los temas que pueden ser prioritarios para los que vivimos en la Región Histórica Marabina.
Reiteramos nuestra invitación para adelantar un debate político pleno de ideas y reduciendo al mínimo la descalificación. Invitamos a que nos propongan soluciones acerca de la inseguridad, que no se escuden en la diatriba política para evadir sus responsabilidades en los altos índices de criminalidad. Ni el gobierno regional ni el gobierno municipal pueden escapar de su co- responsabilidad en este tema. Se trata de entender que la campaña publicitaria debe ir más allá de presentar al candidato del gobierno vestido de rojo o hacer que el candidato de la oposición se vista de pueblo y luzca sonriente, besando a niñas o ancianas en los barrios de la región.
Hasta ahora de lo que hemos sido testigos es de una deplorable actitud por parte de los candidatos a gobernador, que al desplazado el debate cívico por los ataques y descalificaciones. Me preguntó : ¿ es qué acaso son capaces sólo de eso?. ¿ No tienen nada que proponer y decir?. Mucha más altura ha tenido la campaña política por la municipalidad de Maracaibo. Por un lado Rosales ha anunciado su intención de retomar sus planes pilotos, desarrollados durante su gestión de Alcalde; por la otra Henry Ramírez ha sorprendido con una propuesta de transporte público pensada a partir de las experiencias de Bogotá y Curitiba, aunado a el tratamiento del problema agua. Las descalificaciones entre uno y otro han sido menos, más bien hemos asistido a un debate de propuestas que hace interesante la campaña.
De nuevo pregunto: ¿Es que acaso el candidato del gobierno no puede ampliar y desarrollar las líneas maestras del Plan Simón Bolívar 2007-2013 en la región? ¿ Es que el candidato a la gobernación por la oposición, no puede darnos una alternativa de gobierno no manipulable que vaya más allá del lugar común de defensa de la zulianidad?. Será que piensan que los ciudadanos del Zulia somos – emulando la frase del maestro prieto- Eunucos Políticos. Tienen la oportunidad de demostrarnos lo contrario. ¡ Por favor háganlo, pero pronto ¡. La invitación es a construir una agenda pública que asuma los grandes temas de reflexión: 1) Zulianidad o Marabinidad, asumida como un debate acerca de la identidad histórica, 2) Seguridad y empleo, 3) política de fronteras, 4) desarrollo productivo de la región dentro del proyecto de nación y 5) perspectivas del Zulia en la 1era mitad del siglo XX. Sí es posible una campaña de debate crítico, todos podemos contribuir a ello. Reclamemos respeto para los ciudadanos.
Dr. Juan Eduardo Romero
La Universidad del Zulia
Historiador
Juane1208@gmail.com
01/09/2008.
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