Resultados de Motor de Búsqueda

miércoles, 7 de mayo de 2008

BOLIVIA: CRÓNICA DE UN CONFLICTO ANUNCIADO

BOLIVIA: CRÓNICA DE UN CONFLICTO ANUNCIADO

Hay veces en que el oficio de historiador resulta muy pesado, sobre todo cuando en base a la aplicación de la prospectiva y la interpretación de los procesos sociales vemos aproximarse el conflicto social. En el caso de Bolivia, anunciábamos en una de nuestras columnas pasadas la eventual conflictividad en nuestro hermano país.
Era de esperarse: Bolivia se encuentra en un momento clave de la reacción de la izquierda emergente en Latinoamérica. En su espacio territorial se viene desarrollando una experiencia histórica para el Altiplano Andino, que corresponde a la máxima expresión de la irrupción de movimientos sociales indígenas, que reivindican su derecho a organizarse y ser responsables de la dirección de las gestiones públicas, echan atrás más de cinco (5) siglos de exclusión y sometimiento. Esta situación impacta las relaciones de poder y las redes de intereses que han prevalecido en su historia republicana.
Las expresiones segregacionistas, sociocéntricas manifestadas por el prefecto de Santa Cruz revelan los profundos odios raciales presentes en el país fundado por Bolívar y Sucre. Se trata de cómo una élite ligada a la explotación de los recursos naturales para su propio beneficio, se siente amenazada ante las nuevas líneas definitorias de las acciones estatales establecidas en el proyecto de Constitución presentado por la Asamblea Nacional Constituyente. Hay una contundente confrontación sustentada en dos visiones antagónicas de la sociedad boliviana; por un lado nos encontramos la perspectiva de integración social de unos espacios que históricamente habían estado segregados y sometidos; que en esta coyuntura crítica se asumen como reivindicativos de sus raíces culturales aymaras y entienden que es necesario el control social sobre las escasas bondades económicas existentes. Por la otra parte, nos vemos frente a las iniciativas foráneas que emplean los vehículos de siempre: empresarios, medios de comunicación y movimientos sociales enmascarados en un discurso democrático, pero que en sus manifestaciones se revelan profundamente intolerantes y antidemocráticos.
Nos es casual, que cuando procedemos a realizar análisis comparativos nos encontramos en Bolivia, Venezuela, Colombia, Ecuador una misma matriz: sectores económicos, históricamente poderosos que se resisten a los procesos de cambio y democratización de las bases económicas de la sociedad, que trabajando conjuntamente con movimientos sociales – conformados por jóvenes de diversos origen social- asumen la “defensa” de valores individuales, en una perspectiva esencialmente liberal acerca del bienestar individual sobre el colectivo. Todo ello matizado a través de los medios de comunicación que le brindan su apoyo irrestricto. Sin embargo, lo más grave ocurre detrás de las sombras: el apoyo trasnacional mediante el financiamiento a organizaciones y movimientos sociales bajo la excusa de programas de fortalecimiento democrático, auspiciados incluso desde el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Cabe preguntarse: ¿ porque esta conflictividad en este momento?. La respuesta es múltiple y en parte ya la hemos asomado: la iniciativa de democratizar y ampliar los procesos de reconocimiento de la ciudadanía cultural, entendido como la incorporación de grupos sociales y étnicos socialmente desplazados de la toma de decisiones y del ejercicio del poder, a pesar de ser mayorías numéricas. Eso se traduce en una verdadera apertura democrática nunca antes existente, pero sobre todo es un cambio cultural difícil de entender en sociedades con estructuras de castas como Bolivia: que los sujetos sin voz se alcen y transformen en actores sociales contundentes y dinámicos, sin importar sus orígenes étnicos o su herencia familiar.
Hay otro factor de especial relevancia y está asociado al momento de cambio geopolítico que experimenta Latinoamérica. Los países desarrollados, organizados en el llamado G-8, disponen cada vez de menos fuentes de energía. La mayoría del consumo energético global – casi el 80%- se va, sectorialmente hablando, en transporte e industrias, ligados al desarrollo capitalista. Menos del 30% se dedica al consumo en hogares, escuelas, hospitales y otras áreas importantes. Las grandes áreas de explotación petrolera, las zonas ubicadas en Asia central y Oriental, medio oriente, entre otras zonas conocidas como “el creciente mayor” se encuentra sometidas a una conflictividad enorme, aspecto este que dificulta contar con una producción constante de energía amén de aumentar los costos de producción. En este punto se inserta la realidad latinoamericana: Bolivia, Ecuador, Venezuela , Colombia y Brasil constituyen el denominado “creciente menor”, que cuenta con importantes reservas estratégicas en gas y petróleo que lo convierte en centro de atención por los países industrializados.
La provincia de Santa Cruz, no sólo es la más importante en recursos gasíferos e hidrocarburos, por otro lado reúne buena parte de las tierras productivas del país y con ella la otra gran potencialidad de Bolivia: la producción de soja. Adicionalmente es la puerta de entrada de nuestro hermano país al área amazónica que cuenta con importantes reservas hídricas. En definitiva la zona agrupa los dos factores esenciales de las confrontaciones geopolíticas en este siglo XXI: agua y petróleo.
La estrategia adelantada con el referendo – írrito e ilegal al hacerse fuera de la constitución boliviana- repite parte de las acciones emprendidas en torno al antiguo Departamento del Darién en Colombia y que a principio del siglo XX permitiría el surgimiento de nuestro hermano Panamá. Se trata de organizar grupos cívicos que en nombre de la “autonomía” y contra el “abandono centralista” proponen y exaltan una identidad regional que se asume contraria al espíritu nacional. Se reivindican las diferencialidades locales y con ella se construye un clivaje – o enfrentamiento- nación vs región. En ese enfrentamiento se organiza – con base a apoyos financieros diversos-grupos sociales que impulsan y elevan esas diferencialidades, enmascarando con ello una idea base de la propuesta neoliberal: la reducción del papel del Estado y la privatización de las explotaciones mineras. Llama poderosamente la atención que el discurso del Comité Cívico de Santa Cruz, coincide con el discurso autonomista de Manuel Rosales y otros grupos que impulsan estatutos autonomistas, que bajo la mascarada liberal contribuyen a separatismos y fanatismos regionales.
Se trata de comprender como en este contexto geopolítico de principios del siglo XXI nos encontramos en una coyuntura crítica, donde las acciones del capital trasnacional, interesado en controlar los recursos mineros estratégicos, pasan por organizar movimientos sociales, que con estrategias disruptivas y de reto al poder establecido buscan dividir e impulsar dinámicas contrarias a la ampliación e inclusión democrática de las minorías étnicas y sociales. En Bolivia, donde entre el No y la abstención cerca del 50% se resistió a la falsa autonomía, se encuentra Latinoamérica con el trance de la disgregación y la dispersión social impulsada desde el exterior, habrá que asumir una dura defensa de la integración en este momento histórico.

Dr. Juan E. Romero
Historiador7profesor universitario
Juane1208@gmail.com
04/0572008

LA DEMOCRACIA INTERNA EN VENEZUELA

LA DEMOCRACIA INTERNA EN VENEZUELA

Cuando se analiza el funcionamiento de los sistemas políticos, se considera la estructura de los partidos políticos, las condiciones y seguridades implícitas en los procesos de elección, así como las dinámicas de democracia interna, esencialmente referidas a la elección de sus autoridades.
En la historia de los sistemas políticos en nuestro país, los indicadores antes señalados, no han sido precisamente los más utilizados. El sistema de partidos establecidos desde 1958, tuvo una etapa inicialmente multipartidista, con un promedio de organizaciones políticas entre 1958-1973 de más de seis (6) partidos principales. Eso nos explica las características inestabilidades que se confrontó en esos años. En cuanto a la condición de pulcritud del sistema electoral, la organización de los procesos comiciales fue en ese mismo período particularmente poco transparente. Este aspecto está matizado por el hecho que la conformación del Consejo Supremo Electoral (CSE) estuvo determinado por la representación en el mismo por los partidos más votados en cada proceso electoral. Ese reglamento se mantuvo hasta su reforma con la Ley del Sufragio y Participación Política en 1997.
Con respecto a los procesos de democracia interna, esté ha sido quizás el que mayor déficit ha tenido en nuestra historia. Los principales partidos históricos: Acción Democrática (AD), Comité Político Electoral Independiente (COPEI), Partido Comunista de Venezuela (PCV), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Movimiento al Socialismo (MAS) y Unión Republicana Democrática (URD); sí bien realizaron procesos internos, lo hicieron marcados por la duda y con escasa supervisión, generando en la mayoría de los casos, cismas o separaciones; y en otros profundos daños que afectaron el futuro del partido político.
En el caso de procesos más recientes, sobre todo en lo que respecta a las nuevas organizaciones políticas, nos encontramos también con particularidades. Sí comenzamos con los partidos opuestos a Chávez, nos conseguimos con organizaciones que han surgido esencialmente de personalismos, tal es el caso de Alianza un Bravo Pueblo (ABP), encabezada por Antonio Ledesma. Es este un ejemplo vivaz de la escasa democracia interna de una organización política, pues su funcionamiento se encuentra basado en los rasgos personales de su liderazgo. Otro caso interesante, es el de Primero Justicia (PJ), que desde sus orígenes tiene una particularidad: el de haber surgido de una organización civil; aparte de eso hasta antes del 2006 no había realizado ningún proceso de elección interno, aspecto completamente contradictorio en una organización política cuyo principal elemento discursivo es la defensa de la democracia. Cuando PJ, realizó su proceso interno entre 2005-2006, la escasa pulcritud en el censo de representantes, aunado a diferencias internas en cuanto a la concepción del trabajo político, produjo una separación que se concretó en la salida de parte de “ los históricos” fundadores: Gerardo Blyde, Leopoldo López, entre otros.
En el caso de Un Nuevo Tiempo (UNT), nos encontramos otra organización surgida más bien del voluntarismo político de su líder: Manuel Rosales. Hasta los momentos, no ha existido un proceso de democracia interna, por el contrario la estructura de organización del partido ha sido esencialmente “dedocrática”. Se tiene que recordar como en la campaña electoral del 2006, Rosales nombró, uno a uno, los representantes de organización, secretario general, secretario político y otros cargos, sin mediar ninguna consulta con sus bases. De nuevo se observa una prueba del profundo déficit democrático de nuestras organizaciones.
En los casos de las organizaciones cercanas al gobierno de Chávez, nos encontramos con dinámicas parecidas. El Movimiento Quinta república (MVR), sí bien en sus estatutos habló de democracia horizontal y vertical, para representar consultas permanentes con sus bases, terminó resultando en la imposición de liderazgos personalistas, representados en las tendencias internas. Es importante recordar, los resultados desastrosos para el chavismo en el Zulia cuando ha impuesto candidaturas sobre los pareceres de las bases. En el MVR hubo intentos de elección, de hecho se dio un proceso en el año 2005, pero en el mismo surgió problemas entre las diversas tendencias, pero sobre todo cantidad de problemas por las dudas acerca de la estructura del registro electoral. En los casos de otras organizaciones que apoyan a Chávez, como es el PPT, PODEMOS, entre otros el proceso es el mismo, en cuanto el déficit democrático interno.
Precisamente, ese déficit democrático histórico, es lo que ha marcado en forma diferencial el recientemente culminado proceso de elección de las autoridades del PSUV. Se trata de una dinámica de democracia interna, que mezclando elecciones directas e indirectas ha permitido conformar una estructura partidista que responde a un proceso de consulta democrática, con padrones electorales que pueden ser verificados por las diversas tendencias. Esta dinámica insisto en ello, puede ser el inicio de un cambio en el funcionamiento de las organizaciones políticas y la forma como estas toma, ejecutan y planifican la agenda pública de acción. Por otra parte, la estructura resultante tiene una mezcla interesante. En primer lugar, hay una macro estructura dirigente, formada por los Vice-presidentes, en donde resalta la figura siempre lúcida de Muller Rojas. Aunado al vice-presidente se unen sus equivalentes regionales, que indudablemente asumen la conformación del país en regiones políticas, un viejo esquema de los partidos históricos clásicos europeos, pero que había sido abandonado en la dinámica organizacional en América Latina.
Esa organización por micro- regiones (Zulia- Falcón, Andes, centro- Occidental, Capital, oriental, Guayana, entre otras), permite distribuir y organizar al partido, buscando con ello la conformación de un Bloque Hegemónico, en el sentido planteado por Antonio Gramsci, es decir, un partido capaz de movilizar y convencer al “otro” que se asume como un sujeto histórico que es necesario ganar en la dinámica política. Por otra parte, la elección de una estructura por Estado, que comparte responsabilidades con los vice-presidentes regionales genera un constante debate, que hasta ahora había sido infructuoso en la democracia interna del chavismo.
Sin duda, la elección del PSUV nos ocupara – a quienes somos estudiosos de la realidad política- más de un análisis, pues las formas de relacionamiento y las posibilidades de discusión democrática que abre son significativas y definitivamente distintas de lo que conocemos en la historia política venezolana. Ojala que las demás organizaciones políticas emulen este proceso democrático de elección de sus autoridades. Sí eso sucede estaríamos siendo testigos de un verdadero proceso de democratización. Ya veremos que hacen ¡.

Dr. Juan Eduardo Romero J
Historiador- profesor universitario
juane1208@gmail.com Q
22/04/2008


Abril, seis años después

Abril, seis años después
Han pasado seis años desde los sucesos de abril de 2002. Mucho se ha dicho de lado y lado, tanto desde los protagonistas del Golpe como de quienes se movilizaron en defensa, e incluso de aquellos que supuestamente defendiendo al gobierno de Chávez, nunca dieron la cara sino hasta el final de los acontecimientos el 13 de abril.
No se trata de realizar una apología del gobierno de Chávez y mucho menos de crucificar a los sectores de la oposición que pretendieron buscar una salida violenta al conflicto de intereses suscitada. Se trata de analizar algunos aspectos claves para comprender en su significación este proceso histórico que continua con igual intensidad el día de hoy.
En primer lugar, debe analizarse el papel y la responsabilidad social de los medios de comunicación social en el conflicto desatado. Seis años después, al observar los videos de aficionados sobre Puente Llaguno, se llega a la conclusión que la manipulación de los ángulos en ese sector de Caracas, por parte de Venevisión, generó una confusión que facilitó notoriamente la elevada conflictividad que suscito ese 11 y 12 de abril. Se trata no sólo de evaluar el comportamiento de los medios opuestos al gobierno de Chávez, si no de estudiar las políticas comunicativas del propio gobierno. A mi entender la excesiva dependencia de la capacidad comunicativa del presidente es una desventaja que aun permanece intacta. El gobierno de Chávez sigue dependiendo en demasía de las posibilidades y directrices que se dictan en el programa Aló Presidente todos los domingos. Más allá de los intentos – infructuosos- de Andrés Izarra, no se ha visto una acción coherente que compita con los constantes ataques que desde medios privados se generan.
En segundo lugar, la excesiva confianza y dependencia de la estructura de poder de las Fuerzas Armadas ignoró que esté sector – más allá del discurso oficial- sigue obedeciendo a sus propios intereses. Los sectores que estuvieron implicados – Capitanes, Tenientes Coroneles, Coroneles, Generales- respondieron a sus propios intereses, con casos como el General Rosendo, que hasta pocos instantes antes del Golpe el 11 de abril, era presentado como un factor importante y estratégico del gobierno, defendido incluso por el propio Chávez. Se sigue funcionando en una confianza ciega en ciertos sectores de las Fuerzas Armadas, como sí estos militares por estar vinculados en sus orígenes con Chávez, se encuentran investidos de “una pureza” sine qua non. Nada más lejos de este supuesto, tal como se demuestra con el comportamiento y la actitud de Raúl Baduel. En este sentido, el gobierno de Chávez mantiene las mismas equivocaciones que le generaron tantas dificultades y apremios entre el 11 y 12 de abril de 2002.
En tercer lugar, persisten dudas sobre el comportamiento interno de ciertos sectores del chavismo. Aun hay chavistasque se preguntan que se hizo Diosdado Cabello, flamante Vice- presidente, que no apareció en ninguno de los videos que recopilan los acontecimientos del 11 en la madrugada y amanecer del 12 de abril. Eso contrasta con el compromiso observado por parte de otros connotados chavistascomo Aristóbulo Izturiz, María Cristina Iglesias, Rodrigo Cabezas, entre muchos otros. Pero no solamente debemos preguntarnos sobre estos comportamientos, también cabe la pregunta sobre la actitud del Ministro de la Defensa, Lucas Rincón Romero, cuyo anunció de la supuesta renuncia generó todo un caos institucional, que contribuyó al estado de desasosiego que imperó en esos momentos.
En cuarto lugar, hay una crítica profunda al sentido político manifestado por ciertos personeros del gobierno, que subestimaron la capacidad del bravo pueblo. Que tan celebrado es hoy. La actitud y el comportamiento final de entrega, ante la amenaza de las fuerzas militares rebeldes de bombardear o tomar Miraflores, refleja una profunda duda sobre esa capacidad política. Lo mejor, es que sería el propio Bravo Pueblo el que demostraría la falsedad de esa apreciación. El comportamiento y el accionar de los colectivos sociales, con autoconvocatoria para la movilización en defensa de la legalidad, señalo un momento histórico en cuanto a las capacidades creadoras y al compromiso ideológico de ese pueblo. A pesar de tener todo en su contra: la persecución, la represión de los cuerpos policiales, lograron estructurar una red de apoyos que se multiplicó a sí misma en sus capacidades de acciones colectivas, y eso fue hecho a pesar del aislamiento comunicacional realizado por los canales de televisión privados.
Ese Bravo Pueblo, dio una lección de compromiso que mucho de los connotados chavistas, que aparecen en posiciones importantes hoy en día, no fueron capaces de dar. Las posibilidades y el impulso de esos Círculos Bolivarianos demonizados y atacados por las fuerzas opositoras eran muchas, tan es así que desde el mismo chavismo se implosionó a los círculos, pues resultaban una amenaza a la estructura y los intereses que se mueven dentro del propio chavismo. Esta última lección pareciera que no ha sido totalmente asimilada, pues algunos procesos siguen manteniendo una desviación y una debilidad ideológica que se mantiene en el propio PSUV, aunque la presencia de personas como el general Muller Rojas, permite pensar en la posibilidad de corrección de estos desvarios.
En quinto lugar, la estructura burocrática creada desde el propio chavismo, en donde se han infiltrado cualquier cantidad de intereses foráneos, no contribuyó a apoyar al propio gobierno de Chávez. Buena parte de los funcionarios que se nombraron fueron los encargados de organizar la persecución de los compañeros que no empeñaron sus ideas. Hoy en día mantenemos una estructura burocrática, que en nada contribuye al impulso que requiere un proceso que se asume como revolucionario. Las enseñanzas del 11,12 y 13 de abril indican que es necesaria una profundización del debate ideológico, que permita en el sentido planteado por Antonio Gramsci, la conformación de un Bloque Histórico, capaz de lograr aglutinar voluntades sociales que sirvan de apoyo a los procesos y acciones emprendidas. Para ello, se cuenta con un voluntarismo colectivo, manifestado en multitud de organizaciones sociales que vienen realizando un trabajo denodado y constante en cada espacio social, a veces pasando por encima de los propios obstáculos de la burocracia chapista, que pone mil y un peros al accionar social. Esa enseñanza es el valor principal que debe ser reflejado en la Semana del Bravo Pueblo. La historia nos enseña, siempre y cuando queramos leer sus enseñanzas¡¡¡.

Dr. Juan Eduardo Romero
Historiador
14/04/2008
Juane1208@gmail.com

Cuadro de Búsqueda

Búsqueda personalizada

Redalyc Buscador de Artículos

Album Juan Romero

PÁGINA PERSONAL DEL DR. JUAN EDUARDO ROMERO

DR. JUAN EDUARDO ROMERO (VENEZUELA)

Historiador, especialista en procesos políticos contemporáneos de América Latina. Docente e Investigador de la Universidad del Zulia en Venezuela. Profesor invitado en España, Francia, Italia, Colombia, Brasil, Nicaragua, Argentina, Ecuador, Cuba, México, Costa Rica. Investigador Nivel II del Programa de Promoción al Investigador (PPI) del Ministerio de Ciencias y Tecnología de Venezuela. Teléfonos (58) 261 7596253 (telfax oficina). (58) 4126543075 ( móvil). Correo electrónico: juane1208@gmail.com

Blogsfesores

La Doctrina de Seguridad de los EEUU y su impacto en Latinoamérica.


En Ubeda, España 2005

Programas Políticos e Historia en el siglo XIX venezolano

En Barcelona, España (2005)

En Barcelona, España (2005)

Foro sobre la reforma constitucional. IUTM Septiembre 2007

Las Operaciones en la Investigación Historiográfica

Simposio Venezuela después del 3 de diciembre 2007

Simposio Venezuela después del 3 de diciembre 2007

Datos personales

Mi foto
Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela
Doctor en Historia Social y Política Contemporánea. Profesor de la Universidad del Zulia, Venezuela. Especialista en Historia Contemporánea de América Latina. DEA en Gerencia Política y Gobernabilidad. Autor de más de 35 artículos sobre procesos políticos. Co-autor de seis Textos sobre Proceso Socio-político en Venezuela. Teléfono Telfax (58) 261 7596253, móvil (58)4126543075. E-mail: juane1208@gmail.com

En la frontera con Colombia (Guajira venezolana)

En la frontera con Colombia (Guajira venezolana)

Foro sobre la Reforma Constitucional (IUTM octubre 2007)

Foro sobre la Reforma Constitucional (IUTM octubre 2007)

Sistema Político. Comportamiento Político y participación

Actividad de Campo en urumaco (Edo. Falcón)

Actividad de Campo en urumaco (Edo. Falcón)
Foto con un grupo de alumnos de Historia en el Edo. Falcón

Foro sobre la reforma en el IUTM (Maracaibo) Octubre 2007

Historiografía. Clase Nº 1

En el Cerro Niquitao (Trujillo 2007)

En el Cerro Niquitao (Trujillo 2007)

En Castilletes (Frontera con Colombia)

En Castilletes (Frontera con Colombia)
Foto desde el Hito Nº 1 con el Profesor Wualter Velez de la Universidad del Zulia. Castilletes