sábado, 10 de enero de 2009

La Crisis Mundial: ¿preludio de una nueva guerra?

La Crisis Mundial: ¿preludio de una nueva guerra?

Las contradicciones del sistema tardo-capitalista son muchas, comenzando por el hecho que la dinámica del capital se encuentra basada en la especulación como su máxima expresión. Ello significa que el poderío económico del denominado G-8, y particularmente de los EEUU se estructura sobre el aprovechamiento de los recursos financieros surgidos del capital especulativo que se “mueve” libremente sobre las bases conceptuales de la denominada “globalización” o mundialización. Precisamente por ser así, es que debemos entender la “urgencia” con la que actúan los presidentes de los grandes países y sus respectivos representantes financieros, que luego de décadas de propugnar el no intervencionismo del Estado nacional en los asuntos económicos del mercado, acudieron raudos y veloces en auxilio de los bancos y otros entes que jugando bajo las reglas de la especulación – que rigen el sistema-mundo- colocan al sistema financiero al borde del colapso.
Esta crisis económica, tiene enormes coincidencias con la crisis del año 1929 que fue el preludio de la II Gran Guerra. Cómo se recordará, en ese entonces – cómo ahora- se produjo un alza especulativa con los valores comerciales de muy diversas compañías en las bolsas ubicadas en las principales capitales del mundo. La manera en que los sectores hegemónicos de la economía, ligados al control de los medios de producción, manejaron el rendimiento de los capitales; aunado al hecho que tanto la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), los EEUU, Francia, Inglaterra y la propia China se encontraban en un juego de posicionamiento geoestratégico – tal como ocurre hoy- que incluyó el uso del capital financiero para apuntalar su estrategia militar fue un aliciente para evadir los controles que todo sistema debe generar sobre las dinámicas especulativas. Ahora bien, tanto en la 1era mitad del siglo XX, como en esta 1era mitad del siglo XXI, esos controles resultaron infructuosos; sumiendo al sistema-mundo en una lucha por el control financiero.
De lo que hablamos es cómo las grandes potencias, en la lógica de desarrollo del sistema tardo-capitalista, buscan acumular la mayor cantidad de capital financiero-económico buscando con ello apuntalar su aparato estratégico-militar disuasivo, en una dinámica que busca neutralizar los esfuerzos armamentísticos de sus rivales geopolíticos a través de la amenaza real o ficticia de movilizarse en el “espacio vital” del “otro”. Hay que recordar como la Alemania de Hitler, desde el ascenso al poder en los inicios del siglo XX propuso la recuperación de zonas o espacios territoriales considerados “vitales” para la existencia de la Nación alemana, implicando ello no sólo un proceso de rearme, sino también la utilización y explotación de los medios de producción para consolidar ese poderío militar. Ese accionar llevó a Hitler a expandirse por el Rhin, tomar Austria, invadir Polonia y firmar un acuerdo con Rusia de no agresión que le facilitará desplazarse hacia las zonas estratégicas controladas por Inglaterra y Francia en Europa Occidental. Cuando vemos a qué condujo esa situación, nos damos cuenta que todos los países – incluyendo los EEUU- utilizaron la vía de la confrontación militar para reactivar la economía en crisis desde inicio de la década de los años 30 del pasado siglo XX. Al realizar el análisis comparado, nos damos cuenta que ayer como hoy, la crisis es producto de la especulación y que la existencia de la misma pone en serio peligro la dinámica de desenvolvimiento de los factores de poder. Ayer como hoy vemos como las potencias comienzan a movilizarse en una acción expansiva hacia “áreas de influencia” del otro: los EEUU se moviliza y actúa sobre Georgia, buscando con ello afectar el flujo de petróleo desde el Cáucaso – vital para la Rusia de Putin- mientras Rusia aumenta su presencia económica y su asesoría militar en Latinoamérica- zona vital por excelencia de los EEUU- como nunca había ocurrido siquiera durante la Guerra Fría.
Lo que planteamos es que la crisis financiera mundial y las escasas posibilidades que tiene de subsanar las carencias y desequilibrios que generó por la ausencia de controles estatales y mundiales sobre la actividad especulativa mundial, puede devenir en una nueva gran confrontación que puede resultar desastrosa, dada la significativa evolución de la capacidad militar de destruir todo a su paso. Esa confrontación puede ser asumida como “una salida a la crisis”, que reactive el aparato productivo que estando vinculado al aparato militar y con ello generar un nuevo dinamismo que produzca un reequilibrio del propio capital. Esa hipótesis – descabellada a nuestro entender- no resulta tan sí se ve bajo la óptica de los enormes intereses creados y se contextualiza en un escenario en donde el consumo energético sigue en aumento y las reservas mundiales se ven reducidas al máximo. Además hay que aderezar esta situación con el hecho que tal como sucedió en los preludios de la II Gran Guerra, la potencia hegemónica para entonces – Inglaterra- fue perdiendo capacidad de disuasión y progresivamente fue desplazada por potencias emergentes – EEUU y Alemania- que aceleraron la confrontación definitiva que generaría un nuevo orden mundial. Hoy la situación es parecida: la situación hegemónica de los EEUU se encuentra en duda, existen nuevas potencias emergentes – China, la recuperación de Rusia, Brasil, India- que sintiendo el peso de la crisis y aprovechando esa condición de debilidad pueden buscar acelerar la crisis militar de los EEUU. Por otra parte hay que considerar que dentro de los EEUU están conscientes de esta situación y manejan también la hipótesis de la guerra como un escenario de reactivación económica, tal como sucedió con la I y II Guerra del Golfo. Como sea nos encontramos en una coyuntura histórica que debe ser vista con atención por las implicaciones que pueda tener.

Dr. Juan E. Romero
La Universidad del Zulia
17/12/2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario